Conversación entre Minato y Kurama

UN VERDADERO PADRE

En algún lugar del subconsciente humano se encontraban reunidos el legendario Rayo Amarillo de Konoha (y Yondaime Hokage), Namikaze Minato y el imponente Bijuu Kyuubi no Youko cuyo nombre real es Kurama. Ambos se observaban fijamente con el entrecejo fruncido, ya que estaban tratando un tema muy delicado.
-Ya te dije que es imposible –decía el rubio con cierto fastidio-. Yo soy el padre biológico de Naruto, él es el fruto de mi amor por Kushina.
-Pero te moriste unos minutos después de que nació –le recordó el enorme demonio-. En cambio yo he estado con él toda su vida.
-¡También yo! Aunque no pudiera hablarle. Y tú tampoco lo hacías hasta que liberó tu poder a los doce años.
-Ja, pero yo curaba sus heridas cuando esos mugrosos aldeanos de pacotilla lo maltrataban.
-¡Intentaste corromperlo para que te dejara tomar control de su cuerpo y así poder causar destrucción! –le recordó
-¡Quería protegerlo! Te recuerdo que era MÍ chakra el que lo salvaba cuando todo estaba perdido en sus peleas.
-Ni hablar, él es mi bebé al cual esperé con impaciencia y ansias, por el cual fui capaz de sacrificar mi vida por protegerlo y tener la esperanza de quizá poder volver a verlo algún día.
-Sí, sí, muy bello discurso, pero dicen que es más padre el que cría que el que engendra, de modo que ahí lo tienes: yo soy más padre de Naruto que tú, Minato.
-¡Nunca! Yo soy su padre, el hombre al que él admiraba aún sin saber la verdad, el hombre al que soñaba superar aunque ya lo haya hecho. Naruto está sumamente orgulloso de llevar mi sangre.

Y así la discusión seguía y seguía bajo las atentas miradas de la manzana de la discordia, Uzumaki Naruto, y una sonriente Uzumaki Kushina que parecía entretenida con los otros dos.
-Kaa-chan, ¿no crees que deberíamos detenerlos, ttebayo?
-Mmm… No, ambos son muy tercos y obstinados, ttebane.

Moraleja: Alguien debería comentarles que para Naruto sería más fácil que le dijeran que tiene a su papá Hokage biológico y a su papá Bijuu adoptivo, a que lo hicieran seguir escuchando sus discusiones.