Presentación

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales,

mi confidente y el que me traiciona,

el que me apoya y el que de mí depende;

y lo más espantoso de todo:

es mi igual"



domingo, 18 de enero de 2015

Escena HnF

Del cuarto hijo y el bijuu 

El pequeño Itachi (2 años) se encontraba jugando con una pelota en el enorme jardín de la casa. Su padre Sasuke y sus hermanos mayores habían salido desde temprano, mientras que su padre Hokage había suplicado tener ese día libre y era quien cuidaba de él en esos momentos. Naruto estaba sentado junto a un pequeño zorro naranja de nueve colas: hacía unos años que aprendió a que su amigo bijuu se manifestara en un tamaño más compacto.
- Esto es tan tranquilo –comentó el rubio con una sonrisa y de pronto su expresión se llenó de horror-... ¡Rayos! ¡Olvidé firmar unos papeles que Shikamaru necesitaba para hoy! Kurama, cuida a Ita-chan, enseguida regreso.
- Oye, pero –no pudo decir nada más porque su jinchuuriki ya había desaparecido-... podrías enviar a un clon en tu lugar, o dejar uno a cargo del mocoso –gruñó-. Sigue siendo un idiota despistado.

Desgraciadamente ya no era un bijuu lleno de odio y rencor, de modo que no podía dejar al pequeño solo. Con lo hiperactivo que era seguro que terminaría en el hospital con lesiones severas.
- Más te vale no causarme problemas, mocoso rubio –dijo echándose cerca de él para vigilarlo
Itachi lo observó fijamente unos segundos. Sonrió con emoción mientras soltaba su pelota para luego arrojarse encima del zorro naranja.
-¡Kura-chan, paseo, paseo!
- ¡¿Qué?! ¡Quítate de encima, mocoso! ¡No soy ningún animal de carga! -se sacudía para intentar liberarse, pero el pequeño estaba fuertemente agarrado a sus colas

No pasó mucho después para que toda la familia regresara a casa. Sasuke y los chicos habían ido a comprar las cosas necesarias porque querían festejar el segundo cumpleaños de Itachi.
-¡¿Por qué rayos no llevaste al niño contigo, Naruto?!
-Lo siento, juro que no lo pensé. ¡Y no lo dejé solo! Kurama está cuidándolo.
-¡Sólo a ti se te ocurre dejar a ese zorro a cargo de nuestro hijo!
Al ir al jardín la escena que todos encontraron fue la del legendario Kyuubi no Youko (cuyo verdadero nombre era Kurama) llevando sobre el lomo al bebé de la familia quien reía felizmente. Todo parecía indicar que Naruto ya­ no era el único rubio en haber logrado doblegar el orgullo del bijuu aunque éste se empeñara en negarlo.

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